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El gatito 'Richard Parker'.
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El dolor de una pareja a la que un “vecino asesino” les envenenó a su gato

Hace tres años habían adoptado a ‘Richard Parker’ por medio de la Fundación SOS en Facebook.

Como un “doloroso episodio” que no logra entender, una pareja baranquillera contó a Zona Cero cómo un “vecino asesino” les envenenó a ‘Richard Parker’, su pequeña mascota. Se trata de un gato que habían adoptado hace cerca de tres años cuando decidieron incluirlo en su vida de pareja y realizaron los trámites a través de la Fundación SOS en Facebook.

Desde entonces, el gatito los había acompañado en cada una de sus aventuras hasta el punto de cuidarlo como un hijo. Hace unos meses la pareja tuvo la dicha de anunciar que estaba en la “dulce espera”, aun con la mirada atónita de allegados que consideraban que para el embarazo no era recomendable seguir con ‘Richard Parker’. No obstante, decidieron continuar con la mascota y demostrar que no era una amenaza. 

Pese a ese amor desmedido por el animal, la noche del pasado cuatro de diciembre se tornó como una noche trágica en su experiencia con el minino que no quisieran recordar y menos haber vivido. 

Resulta que en medio de un ataque de “intolerancia”, ‘Richard Parker’ fue envenenado. El hecho ha causado un sufrimiento en esta pareja de barranquilleros que quiso poner en evidencia que esta no es la primera vez que uno de sus gatos es “asesinado” por alguien que desconocen y que “aún sabiendo que provocar la muerte a un animal domesticado se encuentra penalizado por nuestro país” se tomó la “arbitraria” tarea de envenenarlo. 

Mónica López, la doliente mamá de ‘Richard’, contó que “en los últimos 10 años, este vecindario al cual muchos quieren llegar a vivir, digno y poblado de personas ilustres, familias educadas y prestigio, ha acabado con la vida de mis 3 últimos gatos, en las mismas circunstancias”.

El episodio es propicio para lanzar un llamado a las autoridades y saber si se trata de casos aislados o si hay una campaña oculta en Barranquilla por eliminar a esta población de felinos, ya que las denuncias de gatos envenenados cada vez son mayores. 

Como una forma de sensibilizar a la comunidad con los sucedido, Mónica López y su esposo decidieron contar su experiencia con ‘Richard Parker’ a través de un conmovedor relato que reproducimos a continuación: 

Esta historia inicia hace aproximadamente tres años, momento en el cual sentía un vacío cada vez que veía animalitos sin hogar y opté, en ese entonces con mi novio, adoptar un gatito por medio de la Fundación SOS. Recuerdo muy bien que un día vi en Facebook a un minino desamparado, de apenas un mes, estaba desnutrido y era más orejas que carita. Esos ojitos, en tan solo una foto, me cautivaron e inmediatamente me puse en contacto. Desde ese día no solo firmé un contrato de adopción, en el cual juraba velar por su salud, cumplir con su carnet de vacunación y castración cuando cumpliera la edad adecuada, sino que inició nuestra vida como padres de una mascota a quien llamamos Richard Parker, nombre que tomamos de la famosa película “Life of Pi” haciendo honor a su rudeza para sobrellevar circunstancias de soledad y abandono en el que se encontraba. 

Fueron pasando los meses y con ellos consolidamos nuestra relación como pareja, lo hicimos sentir nuestro hijo, nuestro “Niño” como lo llamábamos, se convirtió en la excusa perfecta para construir nuestra pequeña familia, con el objetivo de estar siempre vigilado por nosotros, acompañado y bien cuidado, alentados por el profundo cariño y amor que gozamos. 

Hace solo unos meses Richard Parker fue objeto de opinión cuando anunciamos mi embarazo y allegados rechazaron la convivencia con un gato por la famosa mal información de la toxoplasmosis. Sin embargo, él siguió siendo el centro de atención, pues gozamos de su compañía como un miembro más de la familia, demostramos a todos que es posible gozar de su compañía con los cuidados pertinentes, pues era un gatito muy juicioso, sano y aseado.

La noche del domingo 4 de diciembre vivimos la peor experiencia. Nuestro hijito mayor fue envenenado como producto de la intolerancia de la sociedad vecina que nos rodea. Esa noche vimos apagar su luz. En medio de sus últimos angustiosos minutos de vida fuimos testigos de las múltiples fallas orgánicas por las que se vio obligado pasar. Solo Dios sabe como haremos para olvidar esos ojos mieles-verdosos que en primera instancia nos enamoraron, a pasar a observar una vista pérdida por el dolor que estaba padeciendo, la agonía de sentir su cuerpo fallar y la hemorragia que finalmente acabó con su feliz vida. De esos instantes en los que corrimos tratando de llegar a un centro veterinario para salvar su vida y que lastimosamente no logramos llegar a tiempo, solo nos queda un aliento al saber que Richard Parker logró de alguna manera descansar en nuestra cálida acogida y su último suspiro lo hizo abrazado a su figura paternal. Mientras yo me resignaba a aceptar la pérdida, mi esposo ya lloraba su cuerpito sin vida.

Quedamos en ‘shock’ tras este doloroso episodio. No logramos entender cómo una persona arbitraria decide quitar la vida de una mascota inocente, aún sabiendo que provocar la muerte a un animal domesticado se encuentra penalizado por nuestro país, y desconociendo el dolor que nos ha causado esta pérdida en nuestra familia. No entendemos cómo ésta persona a sabiendas que tenemos un bebé recién nacido, que necesita la mejor atención y energía posible, nos ha hecho un gran daño, provocando dolor en un momento tan especial en nuestras vidas. Más triste aún, saber que no tenemos evidencia física de demostrar quién fue el culpable de este suceso, pero sí tenemos la certeza de dar con el nombre y apellido de ese “vecino asesino” y de sus cómplices, estas personas se burlan también de la ley que penaliza con multa y cárcel a quienes atenten contra la integridad física de las mascotas.

Cabe la pena resaltar que en los últimos 10 años, este vecindario al cual muchos quieren llegar a vivir, digno y poblado de personas ilustres, familias educadas y prestigio, ha acabado con la vida de mis 3 últimos gatos, en las mismas circunstancias. No dejo de pensar qué será de estas personas el día de mañana cuando por accidente, al querer “espantar” a estas criaturas que cometieron el pecado de jugar y entretenerse entre el jardín y sus flores, corran con la desgracia de que por equivocación sea un niño el que ingiera este veneno, solo hasta entonces verán el gravísimo error que cometen, no miden la consecuencia de sus actos, no piensan antes de actuar. Esta puede ser una de las posibles consecuencias, simple y llanamente por un mal manejo de control e imprudencia.

Encuentro paradójica la falta de tolerancia, la violencia que aqueja este país, donde se violentan los derechos de las personas, los animales y la vegetación. Es irónico estar hoy llorando la pérdida de nuestra mascota, cuando en nuestra casa diariamente debemos levantar excremento de los perros del vecindario, porque nuestros compañeros vecinos no son capaces, ni tienen la cultura de sacar a sus mascotas y recoger sus deposiciones. Estas personas desde la comodidad de sus casas abren las puertas para que sus perros salgan a cubrir sus necesidades básicas y ensucien las jardineras de los demás, pero no las de ellos mismos. Me queda muy claro que si de convivir se trata, nosotros estamos siendo atentados por este hecho día a día y sin embargo somos nosotros las víctimas de la brutal manera de acabar con la vida de nuestra mascota.

Este egoísmo es el que hace preguntarme: ¿Cómo convivir con personas incultas que no respetan los espacios de los demás? ¿Cómo hacerlos entender que lo que creen ser beneficioso para ellos, es faltar a los derechos de sus vecinos? ¿Cómo sonreírle o ser atenta a aquellos que ves día a día después de habernos arrebatado nuestra felicidad y tranquilidad? ¿Cómo duermen tranquilos sabiendo que cualquiera puede estar expuesto a su maldad? ¿En qué mente cruel cabe actuar de esta forma?

Este llamado de atención es para hacer entrar en razón a todo aquel que con un gesto malintencionado, vulnera la tranquilidad de estar en paz en nuestro propio hogar. Aprender a convivir en sociedad seguirá siendo un enigma en esta vida. Hasta que nosotros como seres humanos vivamos en armonía con quienes nos rodean, no podremos vivir en paz. Si hoy no podemos hacer uso de la justicia y esta persona que agredió y asesinó a nuestra mascota no es sancionada por su delito, esperamos que sea la justicia divina la que tome las riendas del asunto. Hoy Richard Parker descansa en paz cerca al mar, esperando que nosotros no nos quedemos callados por su pérdida y que sea el corazón y las buenas obras de fe de las personas con amor sincero quienes hagan entrar en razón a quienes lo necesitan.

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